Menopausia y alimentación

La menopausia no es solo el fin de la regla, es una etapa de transformación hormonal que puede traer consigo una buena lista de síntomas: sofocos, cambios en el cuerpo, insomnio, digestiones distintas… ¿La causa principal? El desequilibrio hormonal, especialmente la bajada de estrógenos y progesterona.

Los estrógenos no solo regulan el ciclo menstrual hasta el fin de nuestra etapa fértil; Son grandes aliados de la salud: protegen el corazón, cuidan los huesos y cumplen muchas otras funciones que favorecen nuestro bienestar general. Por eso, cuando sus niveles bajan, nuestro cuerpo lo nota y lo expresa en forma de los tan oídos síntomas de la menopausia.

Pero aquí viene la buena noticia: una alimentación adecuada puede ayudarnos (¡y mucho!) tanto a llevar mejor esta etapa como a prevenir riesgos futuros.

Nutrientes clave para esta etapa:

  • Proteínas de calidad
    Nos ayudan a mantener la masa muscular, la energía desde el comienzo y hasta el final del día y, también, el estado de ánimo. Prioriza legumbres, pescado, huevos y carne magra, por ese orden.
  • Calcio y Vitamina D
    Tus huesos lo agradecerán. Incluye no sólo lácteos, también, vegetales verdes, pescados pequeños con espinas y no olvides exponerte al sol.
  • Omega-3
    Presente en el pescado azul, semillas de chía o lino, nueces y aceite de oliva virgen extra. Son alimentos antiinflamatorios.
  • Antioxidantes
    Frutas y verduras de muchos colores, cuanta más variedad, mejor.
  • Hidratos de carbono integrales
    Para tener energía sostenida, cuidar la digestión y amortiguar la resistencia a la insulina que suele darse a raíz de esta etapa.

Además, ten en cuenta estos consejos clave:

  • Hidrátate bien: procura beber unos 8 vasos de agua al día (más si haces ejercicio o hace calor).
  • Muévete a diario: elige la actividad que más disfrutes, pero lo ideal es combinar ejercicios de fuerza e impacto con caminatas o actividad cardiovascular ligera cada día.
  • Evita los ultraprocesados: los alimentos ricos en harinas refinadas, azúcares, sal en exceso o alcohol pueden empeorar síntomas como el insomnio, la hinchazón o la inflamación.

En resumen:

La menopausia es una nueva etapa, no el final de nada. Con conciencia, buenos hábitos y una alimentación pensada para esta fase, podemos seguir sintiéndonos fuertes, activas y en equilibrio.

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