Dieta cetogénica en personas con epilepsia

Desde la fisiopatología, la epilepsia se produce por impulsos nerviosos anormales y excesivos de un grupo de neuronas. Esto es explicado principalmente por pérdida del equilibrio entre inhibición y excitación en todo o alguna parte del cerebro

Para este grupo de pacientes existen otras alternativas que brindan resultados probados científicamente. Una de ellas es la dieta o terapia cetogénica, un abordaje no farmacológico, sino nutricional, el cual consta de una ingesta alta en grasas y baja en hidratos de carbono, de modo que se provoca un estado de cetosis, es decir, presencia de cuerpos cetónicos en sangre, sustancias que aparecen en condiciones de ayuno y se incrementa la quema de grasas por parte del organismo.

La producción de dichos cuerpos cetónicos provoca cambios en la actividad metabólica cerebral, mediante varios mecanismos, contribuyendo así a controlar las crisis convulsivas.

En esta dieta, las grasas se aportan a través de alimentos ricos en las denominadas grasas buenas y las proteínas por medio del huevo y las carnes. Las calorías, las proteínas y los líquidos se deben controlar con mucho cuidado.

No obstante, a cada paciente se le debe ajustar la dieta en función de su organismo.

Desde hace años se ha relacionado con la reducción de crisis en la epilepsia refractaria, aunque la evidencia aún es limitada. En cualquier caso, la dieta se debe mantener por un tiempo limitado ajustándola gradualmente hasta conseguir una dieta más normalizada.

La dieta cetogénica ofrece resultados buenos en el grupo de niños refractarios, de hecho, diversos estudios muestran que uno de cada tres pacientes tratados con ella reduce sus crisis en 90% o más, y uno de cada dos, en un 50% o más. Es relevante destacar que quienes responden favorablemente, lo hacen en un lapso corto de tiempo.

Se estima que el 70% de los pacientes que se ven beneficiados responden dentro de las dos primeras semanas; sin embargo, se considera que un tiempo razonable de prueba es de a lo menos tres meses.

La duración del tratamiento depende de cada caso en particular, pero en un gran porcentaje de los casos se extiende por tres o más años, luego de los cuales el aporte de grasas se va disminuyendo en forma progresiva (a medida que se evalúa la respuesta del paciente).

En la actualidad, existen fórmulas nutricionales que facilitan este tipo de alimentación, con muchos nutrientes y alto contenido en grasas que ayudan a preparar comidas similares a las tradicionales para, de este modo, elevar los cuerpos cetónicos que necesitan mediante una alimentación variada, contribuyendo a la vez a la adherencia al tratamiento.

Finalmente, un estudio publicado en 2017 en la revista Cell Metabolism, ahondaba en este aspecto y sus conclusiones ponían de manifiesto que el aumento de aporte de cuerpos cetónicos en la sangre y la disminución de los carbohidratos activan genes implicados en el envejecimiento y en las vías neurocognitivas cerebrales.