“QUE VALIENTE FUISTE CUANDO DECIDISTE CAMBIAR TU DOLOR POR PAZ”
Hoy en día la salud mental va poco a poco adquiriendo y subiendo en nuestra escala de prioridades.
Como en la pirámide de Maslow, la idea de cuidarnos la salud mental además de por supuesto la física empieza a estar dentro del primer escalón siendo una necesidad básica e indispensable para obtener una calidad de vida.
- ¿Cuándo hablamos de salud mental, a que nos referimos realmente?
- ¿Qué es lo que se nos viene a la cabeza cuando pronunciamos las palabras “SALUD MENTAL”?
- ¿Cómo de mal tiene que estar una persona para necesitar y pedir ayuda a un profesional de la psicología?
La salud mental, es estar en equilibrio con uno mismo y con los que nos rodean, parece sencillo pero a veces, nos cuesta mucho regularnos debido a las presiones del día a día, al desconocimiento de uno mismo, a la imposibilidad para gestionar nuestras propias emociones o la de los demás, a la dificultad que nos supone soltar el control y en otras ocasiones tener el control de nosotros mismos, y esto provoca un malestar interno que nos va deteriorando poco a poco.
Tristemente, cuando uno escucha aún las palabras, “salud mental”, “psicólogo” y “psiquiatra” entre otras relacionadas, aún siguen apareciendo juicios de estigma dirigidos a las personas que lo necesitan o piden ayuda. ¿Acaso no nos desregulamos todos de vez en cuando? ¿Realmente necesito un diagnóstico de un trastorno mental grave para pedir ayuda psicológica?
Todos, necesitamos ayuda de vez en cuando, a todos se nos atraganta una situación, nos bloqueamos o no sabemos cómo gestionar las relaciones o las sensaciones que recorren nuestro cuerpo, pensamientos negativos en bucle, patrones de conducta o de relaciones disfuncionales, etc.Es ahí cuando entramos nosotros, cuando empieza nuestro trabajo, ayudando, acompañando, enseñando, educando o reeducando a las personas en el autoconocimiento, en el autoconcepto y sus estilos de comunicación y de relación, identificando patrones, trabajando para querer y ser queridos, para mostrarnos vulnerables, humanos, reales…
Debemos ser capaces de abrazar nuestra parte vulnerable y permitirnos escucharla y aceptarla.
No hay una línea que necesitemos cruzar para pedir ayuda, cualquier momento es bueno para iniciar la búsqueda de nuestro equilibrio y necesitar ayuda y acompañamiento en nuestro proceso junto con un profesional. NO NECESITO ESTAR MUY MAL, PARA PODER TRABAJAR EN SENTIRME BIEN.
Aunque suene contradictorio, está bien estar mal, y está bien permitirse pedir ayuda y dejarse ayudar.
Este día y este blog que hoy compartimos con vosotros, queremos que nos sirva para aprender un poquito más sobre el cuidado de la parte más importante de un ser vivo, su mente ya que cada célula de nuestro cuerpo está conectada con ella.
“BUSCA PAZ PARA TU MENTE Y OBTENDRÁS SALUD PARA TU CUERPO”.