¿Has vuelto de vacaciones y te sientes más cansado que antes de irte? ¿La vuelta a la rutina te pesa más de lo que te imaginabas? ¿Solo pensar en volver al trabajo te agota? Tranquil@, es normal y tiene nombre: Síndrome Postvacacional.
¿Qué es?
El síndrome postvacacional es un fenómeno psicológico que muchas personas experimentan al volver al trabajo o al retomar obligaciones tras un periodo de descanso. Se trata de una reacción adaptativa al cambio de rutina. Este síndrome puede durar varios días o un par de semanas y se caracteriza por la presencia de los siguientes síntomas:
- Falta de motivación.
- Falta de energía.
- Cansancio excesivo sin causa aparente.
- Sensación de malestar generalizado.
- Tristeza o apatía.
- Irritabilidad.
¿Por qué sucede?
El síndrome postvacacional ocurre cuando hay un choque muy brusco entre el descanso y la vuelta a la rutina. De un día para otro pasamos de descansar, no tener horarios estrictos y no tener responsabilidades o exigencias a todo lo contrario. Algunos factores que pueden provocar la aparición de este síndrome son:
- Cambio brusco en el ritmo y en los horarios: Pasamos de un ritmo más tranquilo a un ritmo acelerado en cuestión de un día y esto puede generar impacto emocional y físico.
- Falta de adaptación progresiva: Por norma general volvemos de vacaciones y al día siguiente (o incluso ese mismo día) retomamos el trabajo. No nos permitimos un periodo de readaptación.
- Exigencia elevada después de unos días de pausa: Queremos recuperar el “tiempo perdido” y ponernos al día con todas las tareas pendientes. Esto conlleva la aparición de estrés y ansiedad.
¿Qué se puede hacer?
Volver a la rutina puede no ser fácil y sentir ese “bajón” es más normal de lo que pensamos. Es importante no ignorar lo que sentimos y darnos tiempo y espacio para adaptarnos de nuevo a la rutina. Algunas pautas que pueden ayudarnos:
- Planifica tu vuelta con tiempo. Intenta no volver de viaje justo el día antes de comenzar con la rutina.
- Retoma la rutina de forma progresiva (en la medida de lo posible).
- Haz pausas activas (caminar, estirarte) y programa micro descansos.
- Organiza prioridades y no trates de hacerlo todo el primer día.
- Ajusta tus expectativas.
- Incorpora pequeñas gratificaciones en tu día a día.