¿Qué es la ventana de tolerancia?
La ventana de tolerancia es el rango de emociones y sensaciones que una persona puede tolerar y manejar de manera saludable, sin sentirse abrumada o fuera de control. Entender cómo funciona nuestra ventana de tolerancia y qué amplitud tiene es clave para mejorar nuestro bienestar emocional y poder enfrentarnos a los retos de la vida de una forma más funcional y adaptativa.
Cuando nos sentimos en equilibrio y podemos funcionar de manera adecuada, manejando el estrés y las emociones, podemos decir que nos encontramos en la zona óptima de nuestra ventana de tolerancia. Dentro de esta ventana, somos capaces de procesar nuestras emociones y responder a ellas de manera funcional. Sin embargo, la intensidad de las emociones puede fluctuar saliéndose de esta “zona de confort.”
¿Cómo influye esto en nosotros?
Cuando nos salimos de nuestra ventana de tolerancia, bien por arriba o bien por abajo, podemos entrar en dos estados diferentes y opuestos:
- Estado de hiperactivación: Entramos en este estado cuando nos salimos “por arriba” de esa zona óptima. Nos sentimos sobreestimulados o ansiosos y nuestro cerebro suele responder en modo “lucha o huida”. Nos cuesta tranquilizarnos, pensar claramente y tomar decisiones.
- Estado de hipoactivación: Entramos en este estado cuando nos salimos “por abajo” de esa zona óptima. Nos sentimos completamente desconectados o apáticos. La energía es baja y podemos experimentar sintomatología más depresiva. Nos “congelamos” emocionalmente.

El objetivo es saber cómo de amplia es nuestra zona de “confort” o zona óptima y encontrar maneras de hacerla más grande y de mantenernos dentro de ella.
Cuando nuestra ventana de tolerancia es demasiado pequeña, podemos sentirnos abrumados por situaciones cotidianas o problemas mínimos que normalmente no nos afectarían tanto. Esto puede provocar reacciones emocionales desadaptativas, estrés o agotamiento.
Aumentar la amplitud de nuestra ventana de tolerancia, nos permite manejar las emociones y las situaciones de una forma más funcional y adaptativa.
No se trata de evitar las emociones intensas, sino de aprender a manejarlas de manera que no nos desborden.
¿Qué podemos hacer para aumentarla?
Existen diferentes estrategias para aumentar nuestra ventana de tolerancia:
- Técnicas de desactivación fisiológica: respiración diafragmática, mindfulness, respiración consciente, relajación muscular progresiva, meditación…
- Regulación emocional: Aprender a identificar y regular nuestras emociones de forma adaptativa, saber qué siento y qué puedo hacer para gestionar esta emoción.
- Identificar pensamientos automáticos e intentar modificarlos: Los pensamientos automáticos negativos generan emociones desagradables o que nos nos toca vivir en un momento determinado. Ser capaz de reconocer estos pensamientos y reemplazarlos puede ayudarnos a mantenernos dentro de nuestra ventana de tolerancia.
- Ejercicio físico: El ejercicio físico nos ayuda a reducir la ansiedad.
- Establecer limites saludables: Aprender a cuidar de nosotros mismos y a priorizar nuestro bienestar.
- Tener una buena red de apoyo: Hablar con amigos, familiares, compañeros nos ayuda a procesar nuestras emociones de manera más saludable.
- Practicar la autocompasión: Ser amables con nosotros mismos.