Si lo que quieres es mejorar tu rendimiento dentro del agua un buen método es el de combinar el entrenamiento específico en agua de natación con un entrenamiento específico en sala. La especificidad la dará la propia naturaleza de los ejercicios, ya que serán transferencias de los movimientos que hagan en agua, potenciando así la musculatura implicada en cada uno de ellos, mejorando así potencia, técnica y postura.
Podríamos dividir las diferentes técnicas en 3 partes generales: posición del cuerpo, brazada y patada. En función de qué técnica queramos trabajar/mejorar incidiremos más sobre unos grupos musculares u otros (ya que no todas se trabajarán de igual forma)
Algunos de los grupos musculares que se trabajarán serán:
Indispensables para la braza:
- Dorsal
- Pectoral
- Serrato
Conseguiremos patadas con mayor fuerza, incrementando, y también intervendrán en el mantenimiento del cuerpo en la superficie del agua:
- Isquiotibiales y glúteos
- Cuádriceps
Muy importante para mantener el cuerpo a “flote”:
- Core
Es importante señalar que trabajar la potencia muscular no debe ser sinónimo de hipertrofiar el músculo, ya que el cuerpo del nadador/a podría convertirse en un “lastre” en el agua. Debemos mantenerlo fuerte y tonificado pero ágil.
Además de potenciar los músculos anteriormente mencionados, se trabajarán también:
- Rangos articulares: de articulaciones como el hombro, para evitar el hombro de nadador.
- Respiración: Inspiración y espiración en sintonía con los movimientos (menor gasto energético y menor fatiga).
- Resistencia: Muy relacionada con la respiración.
- Coordinación: Dentro del agua tren superior e inferior deberán ir en sintonía para realizar un movimiento menos costoso energéticamente pero más eficiente/eficaz.